El esperado regreso de Messi: emociones y decisiones tácticas
¿Hace cuánto no veíamos a Messi con la camiseta de Argentina? Siete meses pasaron hasta que el astro rosarino volvió a pisar el césped con la albiceleste. Esta vez la cita fue en el Estadio Nacional de Chile, que lucía repleto y vibraba al ritmo de un partido clave para ambos equipos rumbo al Mundial 2026. Pero la sorpresa no solo fue el regreso del capitán argentino, sino que lo hizo desde el banquillo por decisión conjunta con Lionel Scaloni.
El ambiente arrancó caldeado no solo por la tensión entre vecinos sudamericanos, sino porque todos querían ver a Messi desde el primer minuto. Sin embargo, Scaloni no se dejó llevar por la presión ni por los rumores sobre el estado físico del '10'. Aunque Messi estaba totalmente recuperado de su lesión y llegaba apto según el cuerpo médico, ambos decidieron que lo mejor era dosificar esfuerzos. Hay quienes lo ven como una muestra del respeto de Scaloni por la agenda extenuante de Messi en el Inter Miami y de la influencia que el propio Leo tiene en su manejo físico a estas alturas de su carrera.
La cinta de capitán la tomó Cristian Romero, y la alineación albiceleste fue novedosa, tal como el DT había prometido. Hubo varias caras diferentes en el once, lo que agrega competitividad al grupo en una eliminatoria que ha sido tan impredecible como exigente.
Chile casi sin opciones y Argentina afianza su liderato
El partido no tardó en definirse: a los 15 minutos, Julián Álvarez recibió un centro preciso y, con la seguridad del delantero que brilla en Europa, anotó el único gol de la noche. El tanto desató la euforia de los hinchas visitantes y, a la vez, aumentó la tensión en la grada local. Por más esfuerzos que hizo el equipo dirigido por Ricardo Gareca, Chile nunca consiguió darle la vuelta al marcador.
La victoria deja a la selección argentina aún más firme en la cima de la tabla sudamericana. Por el contrario, Chile se queda prácticamente fuera del Mundial. El golpe es fuerte para un país que hace apenas una década brillaba con una generación dorada. Ahora, el entrenador Gareca tendrá poco margen para milagros y el futuro del fútbol chileno parece estar, más que nunca, en etapa de reconstrucción.
El regreso de Messi al campo en la segunda parte no solo animó a sus compañeros, sino que marcó un nuevo capítulo en su relación con la selección. El propio público chileno, lejos de abuchearlo como en viejas épocas, le regaló un cálido recibimiento. Jesús Valenzuela, árbitro venezolano, logró mantener el control en una noche que fácilmente pudo haberse desbordado por la presión.
Ya con el triunfo en el bolsillo, Argentina se prepara para enfrentar a Colombia en el Monumental de Buenos Aires. Todo apunta a que Messi volverá a la titularidad, y el equipo de Scaloni buscará seguir con paso firme hacia el objetivo: llegar a Norteamérica 2026 como favoritos y, quién sabe, soñar con otra estrella.
¡Qué locura ver a Messi entrando como suplente! Pero ojo, Scaloni sabe lo que hace. Si lo sacan en la 70, se les va la pelota. El cuerpo ya no aguanta como antes, y mejor que lo respeten. 🤘
El hecho de que Messi no haya empezado no es una estrategia, es una rendición. Argentina ya no juega con corazón, juega con calculadora. Y eso es triste.
Claro, porque no es casualidad que Messi regrese justo cuando Chile está en caída libre. Alguien en la AFA tiene un script. ¿O acaso creen que Scaloni toma decisiones por sí mismo?
Chile no merece estar en el mismo campo que Argentina. Ustedes tienen a Messi, nosotros tenemos hambre. Y la hambre mata. ¿O acaso creen que el fútbol es un juego de estrellas y no de alma?
Me encanta cómo Scaloni maneja la carga física de Messi. No es solo sobre rendimiento, es sobre longevidad. El hombre tiene 37 años, ha jugado más de 1.200 partidos en su vida, y aún así sigue siendo el mejor. No es magia, es ciencia. Y el hecho de que lo hayan puesto en el banco no es una ofensa, es un acto de amor táctico. Cada minuto que juega ahora es un regalo, no un derecho. Si lo sacan en el segundo tiempo, es porque saben que su impacto es máximo cuando el rival ya está cansado. Y viste cómo reaccionó Chile: no podían creer que el mito estuviera ahí, y eso los paralizó. No fue el gol, fue la presencia.
A mí me encanta que haya gente que critique el descanso de Messi, pero nadie se acuerda de los que están en la banca. Julián Álvarez hizo lo suyo, pero ¿dónde están los que lo apoyan? El fútbol no es solo estrellas, es equipo. Y Argentina tiene equipo.
La reacción del público chileno fue un momento antropológico. En un contexto de rivalidad histórica, el silencio respetuoso y luego el aplauso… eso no es deporte, eso es humanidad. Messi ya no es un rival, es un símbolo trascendental. Y los chilenos lo reconocieron. Eso no se compra, no se programa. Se siente.
Ah, claro, ahora Messi es el salvador del fútbol argentino… ¿y qué pasa con los que trabajan en silencio? ¿Los que no tienen 100 millones de seguidores? ¡Qué aburrido es todo esto! ¡Qué aburrido es que todo gire alrededor de un solo hombre! ¡Qué aburrido!
Oye, pero en serio, ¿alguien más se dio cuenta que el arquero chileno se cayó como si hubiera visto un fantasma cuando Messi entró? Yo no lo vi en el replay, pero mi tía en Temuco me mandó un video de 17 segundos donde él se queda paralizado. Eso no es miedo, eso es respeto ancestral.
Si Messi no juega los primeros 45, ¿por qué todos creen que está cansado? ¿No será que Scaloni quiere que el partido se decida antes de que él entre? Así no se gasta energía en movimientos innecesarios. El gol fue a los 15, y Messi entró a los 46. Eso no es azar, es matemática.
Messi no jugó 90 minutos y ganamos. Así se hace. Ya basta de idolatría. El fútbol no es un culto.