El pasado martes 12 de agosto de 2024, la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) dio luz verde a la primera tarjeta verde en la historia del fútbol boliviano, con el objetivo de proteger a los jugadores frente al riesgo de conmoción cerebral.
El anuncio se realizó durante el partido inaugural con tarjeta verdeEstadio Hernando Siles, La Paz, cuando el Club Bolívar recibió al Club Jorge Wilstermann en la jornada 5 del Torneo Apertura.
- Implementación: tarjeta verde entregada al árbitro cuando se sospecha de una posible lesión de cabeza.
- Procedimiento: el jugador abandona el campo y es evaluado por el equipo médico en menos de 10 minutos.
- Sanción: si se confirma la conmoción, el jugador no puede volver a jugar ese día.
- Autoridad: iniciativa liderada por Juan Carlos Arévalo, entrenador del Club Bolívar.
- Apoyo médico: Dra. María Vázquez, neuróloga del Instituto Nacional de Deportes (IND).
Antecedentes internacionales
La idea de una tarjeta específica para lesiones cerebrales no es nueva. Desde 2021, la Premier League inglesa prueba sustitutos por conmoción, mientras que la FIFA aprobó en 2022 un protocolo de “cambio por lesión de cabeza” para torneos juveniles. Sin embargo, pocos países han adoptado un distintivo visible como la tarjeta verde, lo que la convierte en una medida pionera en Sudamérica.
En 2023, la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) recomendó a sus asociaciones nacionales actualizar los protocolos de salud, pero dejó la decisión de los símbolos al criterio de cada federación. La FBF, tras varios estudios del IND y la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), decidió que una tarjeta de color verde sería fácil de reconocer para árbitros, jugadores y aficionados.
El debut de la tarjeta verde en Bolivia
Durante el encuentro de La Paz, al minuto 27, el delantero del Bolívar, Carlos “Chiqui” Gómez, colisionó de cabeza con el defensor rival. El árbitro, Luis Martínez, sacó inmediatamente la tarjeta verde y pidió la pausa.
En menos de ocho minutos, el equipo médico, encabezado por la Dra. María Vázquez, realizó la evaluación con la escala SCAT5 (Sport Concussion Assessment Tool). El diagnóstico confirmó una conmoción leve, y Gómez fue sustituido por su compañero de banca.
El público, acostumbrado a las tarjetas amarilla y roja, reaccionó con aplausos y cánticos de “¡Seguridad primero!”. En redes sociales, el hashtag #TarjetaVerdeBolivia superó los 12 000 tweets en la primera hora.
Reacciones de clubes, jugadores y árbitros
El presidente del Club Bolívar, Roberto Salazar, declaró que “esta iniciativa es un paso necesario para cuidar a nuestros futbolistas, quienes día a día arriesgan su salud en el campo”. Por su parte, el capitán del Jorge Wilstermann, Luis “El Lobo” Mendoza, agradeció la rapidez del árbitro y pidió que la normativa se extienda a todas las categorías.
Los árbitros de la FBF participaron en un curso intensivo de dos días, dictado por la asociación de médicos del deporte, para familiarizarse con la señal y el protocolo. Según el árbitro jefe, Andrés Quiñónez, “la tarjeta verde no solo es un símbolo, es una herramienta que nos permite actuar sin demora y sin dudas”.
Evaluación de expertos en salud
El neurocientífico boliviano Dr. Carlos Fernández, de la Universidad Católica Boliviana, señaló que “las conmociones cerebrales siguen siendo una causa subdiagnosticada en el fútbol sudamericano; la tarjeta verde, al obligar a una valoración inmediata, puede reducir la incidencia de lesiones crónicas como la encefalopatía traumática crónica (CTE)”.
Sin embargo, algunos críticos advierten sobre la posible “sobrediagnóstico”. La fisioterapeuta del Club Aurora, Claudia Ríos, menciona que “es fundamental que el personal médico cuente con la capacitación adecuada; de lo contrario, el riesgo es que se retire a jugadores que podrían seguir compitiendo”.
Perspectivas y próximos pasos
La FBF ha anunciado que evaluará los resultados del piloto durante los próximos tres meses. Si los datos confirman una disminución del 15 % en la reincidencia de lesiones de cabeza, la normativa se extenderá a todas las divisiones, incluyendo la Primera B y los torneos juveniles.
Asimismo, el IND financiará la adquisición de equipos de neuroimagen portátil para los 12 mejores estadios del país, con la meta de crear “zonas de evaluación rápida” en cada escenario.
En el plano internacional, la Confederación Sudamericana de Fútbol observará el experimento boliviano y ha propuesto incluir la tarjeta verde en el manual de la CONMEBOL para la Copa América 2025, aunque todavía falta la ratificación de sus comités técnicos.
Conclusiones clave
- Bolivia se convierte en pionera sudamericana al usar una tarjeta verde para sospechas de conmoción cerebral.
- El primer caso confirmado mostró la efectividad del protocolo: diagnóstico en <10 minutos> y sustitución segura.
- Jugadores, entrenadores y árbitros han expresado su apoyo, mientras que médicos piden mayor formación.
- Los próximos meses serán decisivos para validar la medida y posiblemente exportarla a la región.
Preguntas frecuentes
¿En qué consiste exactamente la tarjeta verde?
La tarjeta verde es un distintivo que muestra el árbitro cuando sospecha de una lesión de cabeza. El jugador sale del campo y es evaluado por el personal médico en menos de diez minutos; si se confirma la conmoción, no puede volver a jugar ese día.
¿Quién tomó la decisión de implementar este sistema?
La iniciativa fue liderada por la Federación Boliviana de Fútbol, con el respaldo del Instituto Nacional de Deportes y el aporte técnico del neurólogo Dra. María Vázquez.
¿Cuáles son los criterios médicos para confirmar una conmoción?
Se utiliza la escala SCAT5, que incluye evaluación de síntomas, pruebas cognitivas y de equilibrio. La valoración debe completarse en menos de diez minutos para decidir si el jugador puede reincorporarse.
¿Qué impacto se espera en la seguridad de los futbolistas?
Los expertos estiman una reducción de al menos un 15 % en la reincidencia de lesiones de cabeza durante la temporada piloto, lo que podría traducirse en menos casos de CTE a largo plazo.
¿Se aplicará la tarjeta verde a otras competiciones?
Si los datos son positivos, la FBF planea extender la normativa a la Primera B, torneos juveniles y, eventualmente, a selecciones nacionales bajo la supervisión de la CONMEBOL.
Esta tarjeta verde es un avance brutal. Por fin alguien pone la salud por encima del show. El SCAT5 es clave, y que lo usen en tiempo real cambia todo. Ya no más jugadores que vuelven al campo como si nada. 🤘
Si esto lo hubieran hecho en los 90, muchos de nuestros ídolos aún estarían vivos. No es una innovación, es una obligación ética. Que los demás países se pongan al día.
Ahora van a sacar la tarjeta morada para los que lloran después de un tackle. Qué locura. El fútbol es físico, no un spa.
La tarjeta verde no es un gesto simbólico, es un acto de justicia médica. Durante décadas, el fútbol sudamericano ha ignorado las lesiones cerebrales como si fueran un detalle técnico. La conmoción no es una ‘molestia’, es un daño neurológico acumulativo que puede transformar una vida. El protocolo SCAT5, aunque imperfecto, es el primer paso hacia una cultura de cuidado real. No se trata de proteger a los jugadores de los impactos -eso es imposible-, sino de protegerlos de la indiferencia. La FBF no solo implementó una regla, redefinió el valor del deportista como ser humano. Que esto no se quede en una curiosidad mediática, sino que se convierta en un estándar regional. La salud cerebral no es negociable.
Interesante cómo Bolivia está liderando un cambio que la CONMEBOL aún titubea. El uso del verde como señal es genial: no es agresivo como la roja, no es preventivo como la amarilla, es un llamado a la pausa consciente. En Chile, seguimos viendo jugadores con mareos que juegan 20 minutos más. ¿Cuántos más tendrán que sufrir antes de que nos demos cuenta de que el ‘coraje’ no es resistir el dolor, sino reconocerlo?
Me encanta que el árbitro haya actuado rápido. Pero me preocupa que no todos los estadios tengan el mismo nivel de capacitación. En Cochabamba, por ejemplo, el personal médico no siempre tiene acceso a las herramientas básicas. Si esto se extiende, debe venir con inversión real, no solo con buenas intenciones. No podemos tener un sistema de dos velocidades.
Cuando un jugador cae y se levanta sonriendo, no significa que esté bien. Eso es lo que la cultura del fútbol nos enseñó: aguantar. Pero el cerebro no tiene memoria de ‘aguante’. Tiene memoria de daño. Esta tarjeta es una forma de decirle a los jóvenes: no tienes que ser un héroe para ser valiente. A veces, ser valiente es salir del campo.
El IND debería publicar los datos en tiempo real. Que todos vean cuántos casos se descartaron, cuántos se confirmaron, cuántos jugadores volvieron después. Transparencia es lo que va a generar confianza. No basta con tener buenas intenciones, hay que demostrar que funciona.
Ojo con el sobrediagnóstico. Vi un partido en la Primera B donde sacaron la tarjeta verde por un choque leve. El jugador se levantó, se sacudió, y siguió jugando. Pero el médico lo sacó igual. Ahí se pierde la credibilidad. Hay que entrenar bien a los médicos, no solo a los árbitros.
La tarjeta verde es un símbolo, pero lo que realmente importa es la cultura que se construye alrededor. Si los entrenadores siguen diciendo ‘vuelve, que no es nada’, todo esto se va al tacho. Necesitamos que los técnicos también se capaciten. No solo los médicos.
Esto me recuerda a cuando en Japón introdujeron el ‘shinrin-yoku’ en las escuelas: no era solo caminar en el bosque, era cambiar la relación con la naturaleza. Aquí no es solo una tarjeta, es cambiar la relación con el cuerpo. Bolivia está enseñando a Sudamérica que el deporte no es un sacrificio, es un cuidado.
¡Qué vergüenza que Chile no haya hecho esto antes! ¿Acaso nuestros jugadores valen menos? Bolivia lo hizo, y nosotros seguimos viendo a nuestros cracks con mareos y vómitos en el banquillo. Esto no es progreso, es una humillación nacional.
Ya basta de tanta pamela. Si el jugador se levanta, que juegue. No es un niño de tres años. Esto es fútbol, no terapia ocupacional. ¿Cuándo van a sacar la tarjeta azul por estrés? ¡Qué locura!
La tarjeta verde es buena, pero ¿y si el jugador se niega a salir? ¿Quién lo obliga? ¿El árbitro lo saca a la fuerza? No se habla de eso. La regla es bonita, pero falta el mecanismo de cumplimiento.
Agradezco que se haya hecho esto. Mi hermano jugó en juveniles y tuvo dos conmociones sin que nadie lo detectara. Terminó con dolores crónicos y dejó el fútbol. Si esto salva a un solo chico, ya vale la pena. No es una moda, es un derecho.
Bolivia se cree pionera, pero en Argentina ya lo hacían en 2018. Solo que no lo celebraron como si fuera una revolución. Aquí todo se convierte en ‘primera vez en Sudamérica’ cuando en realidad solo es tardío.
Interesante cómo una tarjeta verde puede convertirse en un símbolo de civilización. Mientras otros países siguen glorificando el dolor, Bolivia está eligiendo la ciencia. No es un cambio de reglas, es un cambio de especie.
Si no sacan la tarjeta roja para los que se niegan a usar casco, esto es un circo.
¿Alguien más piensa que esto es parte de una agenda global para desnaturalizar el fútbol? Tarjeta verde, VAR, límites de sustituciones... ¿Cuándo van a prohibir los tackles? Todo esto viene de Europa, y nosotros lo copiamos como si fuera una revelación divina.