Peñarol pisa fuerte en Bolivia y se adueña del Grupo H
Cuando parecía que los uruguayos podrían tener una noche incómoda en Cochabamba, Peñarol despejó toda duda con un triunfo rotundo y sin discusiones: 3-0 sobre San Antonio Bulo Bulo. El encuentro, disputado en el estadio Félix Capriles la noche del 7 de mayo, mostró en el segundo tiempo la versión más contundente del conjunto aurinegro, que ahora lidera la tabla con 7 puntos y sueña en grande en la Copa Libertadores.
La primera parte fue pareja, en la que ambos equipos se midieron con cautela. Ni el local ni el visitante lograban adueñarse del control y, aunque hubo ocasiones, el gol se resistía a aparecer. Peñarol, fiel a su estilo, apostó al orden y al trabajo colectivo, mientras que Bulo Bulo intentó aprovechar la velocidad de Suárez y Herrera, sus referentes de ataque, pero sin éxito.
Todo cambió tras el descanso. El técnico de Peñarol ajustó piezas: salió M. Olivera, ingresó Lucas Hernández; poco después E. Remedi saltó al campo por R. Pérez. Las variantes inyectaron frescura y agresividad. En ese contexto, Maximiliano Silvera fue el más despierto: cazó un balón en el área y fusiló al portero para abrir el marcador. El tanto fue un golpe duro para los locales, que bajaron los brazos ante el oleaje ofensivo aurinegro.
La fuerza de los cambios y el bajón de los bolivianos
Una vez Peñarol se sintió cómodo, los espacios aparecieron. Hernández, el recién ingresado, aprovechó una jugada colectiva para ampliar la ventaja a mitad del segundo tiempo, silenciando el Capriles y confirmando que la apuesta táctica de su entrenador daba frutos. San Antonio Bulo Bulo, que llegó como escolta del grupo, perdió solidez. La presión alta no surtió efecto y los errores en defensa se acumularon.
El cierre del partido fue una pesadilla para los locales. Silvera, imparable, firmó su doblete tras un contragolpe fulminante y selló la goleada. Del lado boliviano, ni C. Suárez ni J. Herrera pudieron revertir la situación, neutralizados por la defensa uruguaya y sin espacios para crear peligro real.
Esta victoria refuerza la candidatura de Peñarol para avanzar a octavos, mostrando no sólo efectividad arriba, sino una plantilla capaz de cambiar el rumbo del partido desde el banquillo. Mientras tanto, la derrota deja a San Antonio Bulo Bulo en una situación incómoda en el Grupo H, con varias cosas que corregir si no quieren complicar su sueño continental.
Peñarol no juega bonito, pero gana. Y eso es lo que importa en Libertadores. El banquillo funcionó como un reloj suizo, y Silvera está en racha. Ya se ve el octavo de final.
esta gola fue por que los bolivianos estaban cansados y el arquero se cayo en el segundo tiempo jajaja nadie lo vio pero el video esta en un servidor secreto en la luna
No hay nada más poderoso que un equipo que sabe cómo sufrir y luego explotar. Peñarol no es un equipo de talento individual, es un sistema. Un sistema que no perdona errores. Bulo Bulo no tenía chance desde que entró Hernández. El fútbol es matemática pura.
Qué vergüenza ver a un equipo boliviano así. No tienen garra, no tienen corazón. Peñarol les enseñó lo que es ser uruguayo. Y no es solo fútbol, es sangre.
Silvera es el tipo que siempre aparece cuando más se necesita. Ese tipo de jugador no se compra, se cultiva. Felicitaciones al cuerpo técnico por saber cuándo cambiar.
Esto no es fútbol. Es una operación militar. La presión psicológica de Peñarol es tan alta que los bolivianos ni siquiera intentaron reaccionar. El entrenador uruguayo tiene un manual secreto de cómo destruir mentes en el campo. Lo vi en otro partido en 2018. Misma táctica.
Me alegra ver a Peñarol así. Espero que siga así hasta el final. El fútbol necesita equipos que luchen con inteligencia.
¿Alguien más se pregunta por qué el fútbol latinoamericano sigue valorando la victoria por encima del juego? Peñarol ganó, sí, pero ¿dónde está la belleza? Donde está la creatividad? Donde está el riesgo? Este es un fútbol de eficiencia, no de alma. Y eso me da tristeza, aunque sea mi equipo.
High-press + positional rotation + clinical finishing = Libertadores. El modelo uruguayo está validado. No hay magia, hay metodología.
Otro partido más donde los bolivianos se rinden antes de empezar. No es falta de talento, es falta de fe. Y eso duele más que perder.
Me encanta ver cómo Peñarol crece en la cancha. No es solo el resultado, es la forma. Cada cambio fue una decisión clara, cada jugada tenía un propósito. Eso es entrenamiento. Eso es disciplina. Y eso es lo que falta en muchos equipos por aquí.
La verdad es que el partido fue más aburrido de lo que parece. La primera mitad fue un duelo de paciencia, y la segunda, una ejecución. No hay drama, no hay locura, solo fútbol bien hecho. Y eso, en el fútbol moderno, es raro.
Claro, claro, Peñarol ganó. Pero saben qué? El árbitro era amigo del presidente de la AUF. Y el campo estaba lleno de drones que interferían con la visión de los bolivianos. Nadie lo dice, pero los videos de la torre de control están clasificados. Esto es un complot.
La derrota de San Antonio Bulo Bulo no es un accidente. Es la consecuencia lógica de una estructura deportiva deficiente. Sin inversión en juveniles, sin plan a largo plazo, sin identidad. El fútbol boliviano se está desmoronando frente a nuestros ojos.
No hay que exagerar. Peñarol ganó, sí. Pero no es un equipo invencible. Aún tiene deficiencias en el centro del campo. Si en el próximo partido se enfrentan a un equipo con más velocidad, podrían sufrir. La humildad es necesaria, incluso en la victoria.
La eficacia táctica de Peñarol refleja un modelo de gestión deportiva que debería ser estudiado en todas las academias de América Latina. La transición entre la primera y segunda mitad fue un ejemplo de adaptación estratégica. Felicitaciones al cuerpo técnico por su precisión.
jajaja el boliviano se durmió en el segundo tiempo 😂 y peñarol lo despertó con un 3-0. esto es como ver a un gato jugar con un ratón. jajajaja
Y ahora imaginen si Peñarol juega con los titulares completos. Estamos hablando de un equipo que puede ir hasta la final. No es suerte, es construcción.