El gigante de la exhibición cinematográfica Cinemark Theatres pone en marcha Studio Ghibli Fest 2025, una maratón de proyecciones mensuales que recorrerá todos sus cines en Estados Unidos y sus salas de Chile a partir de octubre. La iniciativa busca acercar a varias generaciones a la obra del legendario estudio japonés, ofreciendo una experiencia de gran formato y asientos reclinables XL Premier.
Contexto del festival y su origen
Fundado a finales de los años setenta, Studio Ghibli se consolidó bajo la visión de Hayao Miyazaki, director y cofundador, y Isao Takahata. Desde Mi vecino Totoro (1988) hasta El niño y el heron (2023), sus películas han sido aclamadas por la crítica y el público, ganando premios como el Óscar a la Mejor Película Animada por El viaje de Chihiro en 2003.
El Studio Ghibli Fest 2025Estados Unidos sigue la línea de ediciones anteriores, pero amplía su alcance al incluir todas las salas de Cinemark Chile. La decisión proviene del plan de expansión global de la cadena, cuya sede central está en Plano, Texas.
Qué original, otro festival de Ghibli para que la gente recuerde que el cine japonés es “vintage”.
A diferencia de quien critica, el Studio Ghibli Fest brinda una oportunidad única para que las nuevas generaciones descubran la maestría narrativa de Miyazaki. No se trata solo de nostalgia, sino de exposición a técnicas de animación que siguen marcando estándares. Además, la curaduría mensual permite profundizar en obras menos conocidas, como "El cuento de la princesa Kaguya". La experiencia en salas XL Premier potencia cada detalle visual que el estudio cuida meticulosamente. En definitiva, es una propuesta que va más allá del simple “evento de moda”.
El formato XL Premier promete una experiencia inmersiva. Ideal para apreciarlo sin distracciones.
Desde una perspectiva pedagógica, la exposición regular de los catálogos de Ghibli constituye un valioso recurso didáctico para estudios de narratología y diseño visual. La integración de tecnologías de proyección de gran formato optimiza la percepción cromática, facilitando un análisis fotorrealista de los fondos pintados a mano. Asimismo, la programación mensual sincroniza con ciclos académicos, permitiendo que los docentes programen sesiones de análisis crítico. Se observa, además, una sinergia entre la curaduría de Cinemark y los criterios de preservación cultural del Ministerio de las Artes. La inclusión de asientos reclinables XL Premier reduce la fatiga postural, incrementando la atención sostenida del espectador. En términos de mercado, la iniciativa refuerza la posición de Cinemark como promotora de contenidos transnacionales de alta calidad. Finalmente, la propuesta fomenta la intergeneracionalidad, creando espacios de diálogo entre adultos y jóvenes alrededor de temáticas universales.
¡Qué buena noticia! 🎉 Tener a Ghibli rodando cada mes nos regala maratones épicas. Además, esas butacas XL Premier son una delicia para una película tan visual.
Este festival es una prueba más de que nuestra industria cultural está siendo invadida por modas extranjeras que buscan desplazar la esencia del cine local. No podemos permitir que se le dé tanto protagonismo a una productora japonesa cuando en Chile hay tantos talentos emergentes que necesitan apoyo. Cada proyección de Ghibli ocupa salas que podrían estar mostrando cine chileno, detrás de un papel que a nadie le deja leer. La distribución de los asientos reclinables XL Premier solo beneficia a quienes pagan precios premium, dejando fuera a la audiencia popular que es la verdadera base del cine. Además, la campaña publicitaria está diseñada para que la gente confunda la calidad artística con la grandiosidad del formato, cuando en realidad la esencia está en la historia, no en la pantalla. Es crucial que los cines recuperen su compromiso con la diversidad cultural y no se conviertan en simples vitrinas de franquicias internacionales de moda.
La iniciativa parece interesante, aunque el formato premium no siempre justifica el costo adicional. 😊
¡Me encanta la idea de revivir Ghibli en la gran pantalla! Cada película tiene algo que nos conecta con la infancia. Además, es una excusa perfecta para salir con amigos y compartir palomitas. Espero con ansias la próxima fecha.
¡Qué emoción! 🎬✨ Ghibli en Cinemark es como un abrazo de película en versión XXL. Cada detalle visual nos transporta a mundos mágicos, y los asientos reclinables hacen que la experiencia sea digna de un festival. No puedo esperar a ver El niño y el heron en pantalla gigante. 🌟👀
El evento está bien curado, aunque suena a marketing agresivo. De todos modos, la calidad del contenido sigue siendo sobresaliente.
Resulta inevitable observar cómo la industria del entretenimiento capitaliza las nostalgias colectivas para impulsar dividendos a corto plazo, y el Studio Ghibli Fest 2025 no es la excepción. No obstante, si bien la repetición mensual podría parecer una sobreexposición, se presenta como una estrategia pedagógica para que el público interiorice los arquetipos narrativos presentes en la obra de Miyazaki y Takahata. El hecho de que Cinemark haya decidido integrar salas en Chile a la agenda estadounidense subraya una intención de globalización que, a primera vista, parece altruista pero que también busca expansión de mercado. En cuanto a la propuesta de asientos XL Premier, se trata de una oferta premium que, aunque cómoda, crea una barrera económica para los espectadores con recursos limitados. Asimismo, la selección de películas, desde "Mi vecino Totoro" hasta "El niño y el herón", ofrece una panorámica completa de la evolución estilística del estudio, lo cual es digno de elogio. Sin embargo, la frecuencia mensual plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del entusiasmo del público y la posible saturación del contenido. Aun así, la iniciativa puede funcionar como un catalizador para revivir el interés en la animación japonesa en contextos académicos y familiares. Desde una perspectiva cultural, la exposición continuada facilita la transposición de conceptos filosóficos orientales a audiencias occidentales, enriqueciendo el diálogo intercultural. En conclusión, el festival constituye una combinación de estrategia comercial y aporte cultural, cuya valoración depende del equilibrio que se logre entre accesibilidad, calidad y propósito educativo.