Gisèle Pélicot testifica en juicio histórico contra 51 hombres acusados de violación mientras estaba inconsciente

Gisèle Pélicot testifica en juicio histórico contra 51 hombres acusados de violación mientras estaba inconsciente

En un evento judicial sin precedentes, Gisèle Pélicot ha brindado un testimonio desgarrador en un tribunal de Avignon, Francia. Su caso ha captado la atención mediática debido a la magnitud del abuso padecido: más de 50 hombres están siendo juzgados, acusados de haberla violado repetidamente mientras estaba inconsciente. Estos actos fueron perpetrados presuntamente con la complicidad de su exmarido, Dominique Pélicot, quien, según las declaraciones de la víctima, la drogaba y coordinaba las violaciones a través de contactos en línea.

Gisèle Pélicot ha tomado la valiente decisión de testificar con el rostro descubierto, una acción que, según ella, pretende dar visibilidad y prevenir futuros casos de sumisión química. “Dentro de mí soy un campo de ruinas”, confesó Pélicot, describiendo el devastador impacto emocional de los abusos que sufrió. La fuerza y resolución mostrada por Pélicot en su testimonio han convertido este juicio en un llamamiento claro a la acción contra este tipo de crímenes y una demanda de justicia.

El caso resalta un patrón alarmante de abuso sistémico y explotación, un tema que no puede pasar desapercibido en nuestra sociedad. Gisèle Pélicot insiste en la necesidad de que el juicio sea público. Su objetivo es utilizar su voz para dar visibilidad a una problemática que muchas veces se mantuvo en silencio y en la oscuridad, especialmente en torno a la violencia facilitada por sustancias químicas.

A lo largo de su testimonio, describió cómo su exmarido la drogaba sistemáticamente y organizaba los ataques a través de foros y plataformas en línea. Esta revelación subraya los peligros inherentes en el uso indiscriminado de las plataformas digitales para facilitar delitos tan viles. La acusación sostiene que Dominique Pélicot no solo facilitaba el acceso de otros hombres a su esposa inconsciente, sino que también documentaba los abusos, agregando una capa adicional de perversión y crueldad.

AcusadoRELACIÓN CON LA VÍCTIMA
Dominique PélicotExmarido y principal facilitador
50+ hombresReclutados en línea, sin relación directa

Uno de los aspectos más perturbadores del caso es el grado de premeditación y planificación que revela. Los acusados, presuntamente coordinados por Dominique Pélicot, utilizaron métodos meticulosos para drogar y violar a Gisèle, subrayando una de las formas más insidiosas de violencia de género. Este patrón de comportamiento refleja no solo una profunda falta de humanidad por parte de los perpetradores, sino también una brecha alarmante en las leyes y sistemas que deberían proteger a las víctimas de tales abusos.

El juicio ha generado un debate crucial sobre la importancia de abordar y reconocer públicamente estos crímenes. La cultura del silencio y la estigmatización que a menudo rodea los casos de abuso sexual facilitado por drogas no puede continuar. Las palabras de Pélicot hacen eco no solo en las paredes de los tribunales, sino también en los corazones y mentes de aquellos que luchan contra la violencia de género.

La determinación de Gisèle Pélicot de no ocultar su rostro y llevar su testimonio al público representa un acto de coraje y desafía la tendencia a silenciar a las víctimas. Su historia se ha convertido en un faro para otras víctimas que pueden sentirse impotentes y perdidas. La visibilidad de este juicio puede servir como un catalizador para el cambio, incentivando a las autoridades y a la sociedad en general a tomar medidas más severas y vigilantes contra la sumisión química y otras formas de explotación sexual.

Es fundamental que este caso se entienda dentro del contexto más amplio de la lucha contra la violencia de género. Las experiencias de Gisèle no son un hecho aislado sino reflejo de un problema más extenso. La violencia facilitada por drogas sigue siendo una táctica comúnmente utilizada por los agresores para anular la autonomía y el consentimiento de la víctima, convirtiéndose en una de las herramientas más nefastas de la opresión y la explotación.

El impacto en la vida de la víctima

El testimonio de Gisèle Pélicot pone de manifiesto no solo el horror de los actos sufridos, sino también el devastador impacto que estos han tenido en su vida. Describiendo su estado emocional como un “campo de ruinas”, Pélicot no solo está hablando de su presente, sino de un futuro marcado por cicatrices profundas que ningún veredicto judicial puede borrar. La valentía demostrada al enfrenta dicho evento sin ocultar su rostro lleva consigo un poderoso mensaje: los crímenes de ocultamiento y sumisión deben salir de la oscuridad y ser escuchados con toda su crudeza.

Precisamente este llamado a la visibilidad y consciencia representa una oportunidad para la sociedad de enfrentar verdades incómodas y tomar acciones tangibles para prevenir futuros abusos. Los crímenes cometidos contra Pélicot fueron facilitados por un sistema que en muchos casos, falla en proteger a las víctimas, y es necesario que se realicen cambios estructurales para asegurar la seguridad y el empoderamiento de las mismas.

El llamado a la acción

El llamado a la acción

El caso de Gisèle Pélicot es una llamado a la acción para las autoridades, la sociedad civil y los sistemas judiciales de todo el mundo. La prevención de la sumisión química y la persecución de delitos sexuales requieren una respuesta multifacética y firme. Esto incluye no solo una legislación más rigurosa y la ejecución de políticas efectivas, sino también una educación pública extensa y la sensibilización social sobre los peligros y la prevalencia de estos crímenes.

La justicia para Gisèle Pélicot no solo radica en un veredicto condenatorio para sus agresores, sino en el establecimiento de un precedente que garantice que ningún otro individuo tenga que atravesar por una experiencia similar. Su coraje al testificar y la resonancia de su historia subrayan la importancia de la solidaridad y el apoyo a todas las víctimas de violencia de género. Las voces de quienes han sufrido deben ser amplificadas y respetadas, y sus experiencias deben guiar nuestras acciones hacia una sociedad más justa y segura para todos.

Conclusión

El juicio de Gisèle Pélicot contra los más de 50 hombres acusados de violación mientras estaba inconsciente es un hito en la lucha contra la violencia de género y la explotación sexual. La tenacidad y valentía de Pélicot han puesto de manifiesto una dolorosa realidad y la necesidad urgente de actuar. Este caso no solo llama la atención sobre las atrocidades del presente, sino que también subraya la necesidad de crear un futuro donde tales crímenes sean impensables. Al hacerlo, afrontamos la incómoda verdad de nuestra era y nos comprometemos a cambiarla.

Sobre el autor
Raquel Marlhboro
Raquel Marlhboro

Soy periodista especializada en noticias con una pasión por escribir sobre los acontecimientos diarios en Chile. Me motiva mantener a mis lectores informados y conectados con la actualidad. Trabajo para un periódico nacional y disfruto explorando diferentes puntos de vista sobre los temas del día.

Comentarios
  1. Es increíble la valentía de Gisèle. No solo habló, sino que se mostró. Eso rompe un ciclo que ha silenciado a tantas mujeres durante décadas.
    Yo también he conocido casos así, pero nunca nadie tuvo el coraje de hacerlo público.
    Gracias por ser ese faro.
    Espero que esto cambie las leyes aquí también.
    No más silencio.
    No más excusas.
    Esto es justicia real.
    Y no es solo un juicio, es una revolución silenciosa.
    La sociedad tiene que mirar, no apartar la vista.
    Esto no es solo Francia. Esto es nuestro problema también.
    Y no vamos a seguir fingiendo que no pasa.
    La violencia química no es un mito. Es una arma.
    Y ella la desarmó con su voz.
    Espero que su historia se enseñe en las escuelas.
    Porque si no aprendemos de esto, vamos a repetirlo.
    Y no quiero que ninguna chica tenga que vivir eso.
    Yo la apoyo. Totalmente.
    Y si alguien dice que es exagerado, que se venga a mi casa a verme a los ojos y me lo diga.
    Yo no me muevo.
    Y no voy a permitir que lo minimicen.
    Esto es terrorismo de género.
    Y no se lo vamos a perdonar.
    Gracias, Gisèle.
    Te estamos escuchando.
    Y no te vamos a dejar sola.
    Esto es solo el comienzo.

    carmen gloria Honores carmen gloria Honores
    sep, 6 2024
  2. Me conmovió profundamente el testimonio de Gisèle, no solo por lo que sufrió, sino por cómo lo contó: sin miedo, sin vergüenza, con una claridad que desarma a cualquiera que haya intentado minimizar este tipo de crímenes. La violencia de género no siempre es física, a veces es química, sistemática, planificada como un experimento de laboratorio, y eso es aún más aterrador porque implica una traición absoluta, no solo del cuerpo, sino del alma. Su exmarido no solo la drogaba, la vendió, la convirtió en un objeto de consumo para una red de hombres que probablemente pensaban que era un juego, un secreto, algo que no tenía consecuencias. Pero ahora, con su rostro descubierto, ella ha convertido ese secreto en una llama que no se puede apagar. Esto no es solo un juicio, es una señal de que las víctimas ya no van a ser invisibles. Y si alguna vez pensaste que esto no te afecta, te equivocas. Porque si no actúas, si no exiges cambios en las leyes, en la educación, en la cultura digital, estás siendo cómplice por omisión. La tecnología no es neutral, y cuando se usa para facilitar el abuso, es un arma. Y nosotros, como sociedad, tenemos que desarmarla. Gisèle nos está enseñando cómo hacerlo. No con gritos, sino con presencia. Con dignidad. Con una verdad tan cruda que no deja espacio para la indiferencia.
    Y yo, desde Chile, te digo: no estás sola. Ni tú, ni ninguna de las que no pudieron hablar.
    Estamos contigo.

    Homero Larrain Homero Larrain
    sep, 6 2024
  3. El caso Pélicot es un ejemplo clásico de cómo la violencia estructural y la impunidad se entrelazan. La sumisión química no es un delito aislado, es un síntoma de una cultura que normaliza la explotación de cuerpos femeninos bajo la apariencia de consentimiento. La complicidad de redes en línea, el uso de plataformas como herramientas de abuso, y la falta de regulación digital son factores que deben ser abordados con políticas públicas concretas. No basta con condenar a los agresores; hay que desmantelar los sistemas que los permiten. Esto requiere cooperación internacional, regulación de algoritmos que promueven contenido de explotación, y educación sexual integral que incluya el consentimiento informado y el reconocimiento de la manipulación química. El Estado tiene que actuar. No como respuesta simbólica, sino como prevención activa. Las víctimas no pueden seguir siendo las únicas en cargar con el peso de la justicia. La sociedad entera debe asumir su responsabilidad. Y si no lo hace, estaremos repitiendo este horror en otro contexto, con otra víctima, con otro nombre.
    Este juicio no es un fin, es un punto de partida.
    Y si no lo aprovechamos, será un crimen mayor.

    Víctor Valenzuela Ruz Víctor Valenzuela Ruz
    sep, 6 2024
  4. No sé si he llorado por algo así antes, pero este testimonio me partió el alma. No es solo la violencia, es la traición. Que tu propia pareja te convierta en un objeto para otros… eso no es solo malvado, es algo que rompe la idea misma de lo que significa confiar en alguien.
    Y lo más fuerte es que ella no se escondió. No se tapó la cara. No se disculpó. No dijo ‘lo siento’. Dijo: ‘Esto pasó. Y no voy a dejar que lo oculten’. Eso es más poderoso que cualquier ley.
    Yo no soy de los que hablan mucho de estos temas, pero hoy sí. Porque si no hablo, alguien más podría pensar que no importa.
    Y sí importa.
    Importa muchísimo.
    Y si tú también lo piensas, no te quedes callado.
    Comparte. Habla. Presiona. Apoya.
    Porque el silencio es lo que les da poder a ellos.
    Y ella nos enseñó que el silencio se rompe con una sola voz.
    La suya.
    Y ahora, es nuestra turno.

    Pedro Pagliai Pedro Pagliai
    sep, 6 2024
  5. Claro, todo esto es muy bonito… pero y si es un montaje? Y si la mujer está siendo manipulada por activistas feministas? Y si el marido es un chivo expiatorio? Y si todo esto es para crear un precedente legal que permita juzgar a hombres por ‘fantasías’? Porque en internet hay montones de casos donde la víctima resulta ser la que mentía. Por qué no investigan si ella tenía antecedentes psiquiátricos? Por qué no se revisa si los foros que menciona realmente existen? Por qué nadie pregunta si esto es un show mediático para impulsar leyes más radicales? Porque si no, es demasiado cómodo creer en una historia tan perfecta. Y las historias perfectas… siempre tienen un gancho.
    Yo no digo que no haya violencia, pero esto huele a campaña política.
    Y no me gusta que me manipulen con lágrimas y rostros descubiertos.
    Quiero pruebas. No dramatizaciones.
    Y si no hay pruebas… entonces es otro caso de justicia mediática.
    Y eso no es justicia. Eso es teatro.

    Jose Guillermo Lagos Barrientos Jose Guillermo Lagos Barrientos
    sep, 6 2024
  6. yo no se que pasa con los hombres hoy en dia es como si se les olvido que las mujeres no son cosas y que el cuerpo no es un videojuego y que drogar a alguien y mandarlo a un foro para que lo violen es mas cruel que un asesinato porque al menos ahi te matan rapido pero esto te mata poco a poco hasta que te olvidas de quien eres
    el marido es un demonio en forma de hombre y los otros 50 son solo basura que no merece vivir
    porque si te violan y te graban y te hacen sentir que no vales nada y te convierten en un objeto para 50 tipos que no te conocen y que te miran como si fueras una puta de video entonces no es violacion es un genocidio emocional
    yo no se como se puede vivir despues de eso pero ella lo hizo y eso es mas fuerte que cualquier arma
    yo no se si voy a poder dormir tranquilo nunca mas
    porque si esto pasa en francia y nadie lo ve hasta que se vuelve viral entonces que pasa en los paises donde no hay internet ni periodistas
    la verdad es que estamos todos en peligro
    y nadie hace nada
    porque es mas facil decir que no es cierto
    que reconocer que el mal esta en todos lados
    y que nosotros tambien lo alimentamos con nuestro silencio
    gracias gisele por no callar
    yo no se que decir pero te lo agradezco
    de todo corazon
    no estas sola

    Carlos Patricio Bravo Claro Carlos Patricio Bravo Claro
    sep, 6 2024
  7. Este caso no es excepcional. Es la punta del iceberg. La violencia de género no es un acto de ira, es un acto de poder. Y el poder no se ejerce solo con puños, se ejerce con drogas, con redes, con silencios, con leyes que no castigan, con hombres que se ríen en los bares y dicen ‘eso no es violación si ella no se levantó’. ¿Cuántas Gisèles hay en Chile? ¿Cuántas mujeres han sido drogadas en fiestas, en citas, en sus propias casas, y nadie las creyó? ¿Cuántas han sido empujadas al suicidio por la culpa que les inculcaron? El sistema no protege a las víctimas. El sistema las castiga. Porque si no hay prueba física, no hay crimen. Si no hay testigos, no hay caso. Si no hay video, no existe. Y eso es lo que Gisèle está rompiendo. No solo con su testimonio, sino con su presencia. Ella no es una víctima. Es una revolución. Y si ustedes creen que esto es solo un juicio en Francia, están muy equivocados. Esto es una advertencia. A los hombres que creen que pueden hacer lo que quieran. A los sistemas que creen que pueden ignorar. A las mujeres que creen que callar las protege. No. Callar las mata. Y ella nos está gritando: ‘¡Despierten!’
    Y yo les digo: si no reaccionan ahora, no tendrán derecho a llorar cuando sea su hija, su hermana, su madre, su amiga.

    Wilfredo Alejandro González Arriagada Wilfredo Alejandro González Arriagada
    sep, 6 2024
  8. La valentía de Gisèle Pélicot es un recordatorio de que la justicia no siempre llega por la ley, sino por la humanidad. Su decisión de no ocultar su rostro no fue un gesto de teatralidad, sino una afirmación de identidad: ‘Soy yo. Esto me pasó. Y no voy a permitir que me borren’. En un mundo donde las víctimas son presionadas para callar, ella eligió ser vista. Y eso, en sí mismo, es un acto de resistencia. Este caso nos obliga a repensar cómo entendemos el consentimiento, la tecnología y la responsabilidad colectiva. No basta con condenar a los agresores; debemos cuestionar los espacios donde estos crímenes se planean, las plataformas que los facilitan, y la cultura que los normaliza. La empatía no es un lujo, es una necesidad. Y la educación, no es una opción, es una herramienta de prevención. Que este juicio no sea solo un episodio mediático, sino un punto de inflexión. Que las escuelas enseñen sobre consentimiento informado. Que las leyes penalicen la facilitación de la sumisión química. Que las redes sociales sean responsables. Que los hombres aprendan a ser aliados, no espectadores. Porque la verdadera justicia no es un veredicto. Es un cambio cultural. Y ella nos está mostrando el camino.

    Jesús Castillo Jesús Castillo
    sep, 6 2024
  9. Uy, otra vez la misma historia: mujer que se vuelve heroína por hablar, y todos se vuelven activistas de Instagram. Pero ojo, ¿y si esto es un montaje para que el marido pierda la casa y los hijos? ¿Y si ella está en terapia por algo más que esto? ¿Y si los 50 hombres son solo gente que entró a un foro y se creyó que era un juego? Porque si no, esto es demasiado perfecto. ¿Nadie lo cuestiona? ¿Nadie revisa los videos? ¿Nadie pregunta por qué no denunció antes? ¿Por qué no se fue? ¿Por qué no le pidió ayuda a alguien? Porque si no, esto es una película de Netflix con guion de activista. Y no me gusta que me hagan llorar con una historia que no sé si es real. Porque si es real, es una tragedia. Pero si es falsa, es un fraude. Y yo no quiero ser parte de un linchamiento digital. Así que, por favor, que haya pruebas. No solo lágrimas y rostros descubiertos. Porque si no, mañana será otro caso, y otro, y otro, y al final nadie va a creer cuando realmente pase algo. Y eso es lo peor. Que la verdad se pierda en el ruido.
    Y yo no quiero que me manipulen con emociones. Quiero hechos.
    Y si no los hay, que se cierre el caso.
    Porque la justicia no se construye con drama. Se construye con evidencia.
    Y si no hay evidencia… entonces no hay crimen.
    ¿O sí?

    Ivan Gustavo Nuñez Salinas Ivan Gustavo Nuñez Salinas
    sep, 6 2024
  10. yo no se que decir pero esto me dejo sin palabras 🤯
    50 hombres?? en serio??
    es como si alguien abriera una tienda de violacion y la llamara ‘club de amigos’
    el marido es el dueño y los otros son los clientes
    no es un crimen es un negocio
    Y ella no se calló
    Y eso es lo que importa
    yo no soy de los que hablan de feminismo pero esto me hizo ver que no todo es ‘lo que se lleva’
    esto es vida o muerte
    gracias gisele por no rendirte
    eres la reina de la verdad 💪👑
    no te rindas nunca
    yo te apoyo
    con todo mi corazon
    no estás sola 💔

    José Manuel Duarte Cereceda José Manuel Duarte Cereceda
    sep, 6 2024
  11. La violencia sexual facilitada por sustancias químicas constituye una forma de agresión que viola el derecho fundamental a la integridad física y psíquica, reconocido en múltiples instrumentos internacionales de derechos humanos, incluyendo la Convención de Estambul. La falta de regulación específica en muchos sistemas jurídicos nacionales permite la impunidad de estos delitos, que requieren una tipificación penal clara, protocolos de atención médica estandarizados y campañas de prevención basadas en evidencia. El testimonio público de la víctima representa un avance significativo en la desestigmatización de las víctimas de este tipo de violencia. Se recomienda la adopción de leyes que penalicen la administración no consensuada de sustancias con intención de facilitar la agresión sexual, así como la creación de bases de datos nacionales para rastrear patrones de conducta en plataformas digitales. La colaboración entre instituciones judiciales, servicios de salud y organizaciones de la sociedad civil es indispensable para la protección efectiva de las víctimas. Este caso debe servir como catalizador para la reforma legislativa en todos los países de la Unión Europea y más allá.

    ley de mujeres ley de mujeres
    sep, 6 2024
  12. Espero que Gisèle encuentre paz.
    Y que algún día pueda dormir sin miedo.
    Yo no sé cómo lo hace.
    Pero quiero que sepa que alguien, en otro lado del mundo, la admira.
    Y que no está sola.
    Gracias por hablar.

    mia kaori aaltonen tsuji mia kaori aaltonen tsuji
    sep, 6 2024
  13. esto es horrible.
    no se como se puede hacer algo asi.
    ella no es una cosa.
    es una persona.
    y nadie tiene derecho a tocarla sin permiso.
    ni con drogas ni sin drogas.
    el marido es un monstruo.
    los otros 50 son basura.
    y ella es una guerrera.
    porque hablo.
    sin miedo.
    y eso cambia todo.
    yo no se si puedo hacer algo.
    pero voy a hablar.
    con mis amigos.
    con mis hermanos.
    con mis hijos.
    porque esto no puede volver a pasar.
    gracias gisele.

    felipe lizama felipe lizama
    sep, 6 2024
  14. otro caso más donde la mujer se convierte en símbolo y nadie se fija en los detalles.
    por qué no hay fotos de los foros?
    por qué no hay testigos?
    por qué no se grabó nada?
    por qué no denunció antes?
    por qué ahora?
    porque esto huele a campaña.
    y no me gusta.
    no digo que no haya violencia.
    pero esto es demasiado limpio.
    demasiado perfecto.
    como si fuera un guion.
    yo no creo en historias tan bonitas.
    la realidad es más fea.
    y más confusa.
    no me vengas con lágrimas y rostros descubiertos.
    quiero pruebas.
    no drama.

    Camila Barraza Camila Barraza
    sep, 6 2024
  15. El caso Pélicot constituye un hito en la historia del derecho penal comparado, en tanto que evidencia la necesidad de una redefinición jurídica del consentimiento en contextos de sumisión química, y la responsabilidad penal por facilitación indirecta de actos sexuales no consentidos mediante la manipulación de la voluntad de la víctima. La ausencia de resistencia física no implica consentimiento, y la administración de sustancias psicoactivas sin conocimiento de la víctima constituye una violación de la autonomía corporal en términos absolutos. La documentación de los actos por parte del facilitador agrava la responsabilidad penal, en cuanto constituye un elemento de premeditación y planificación, que exige una tipificación específica en los códigos penales nacionales. La visibilidad mediática del juicio, lejos de ser una intrusión, constituye un mecanismo de legitimación del proceso judicial y una herramienta de prevención social. Se requiere, por tanto, una reforma legislativa urgente, que incorpore el delito de facilitación de la violencia sexual mediante sustancias, y que establezca mecanismos de protección integral para las víctimas, incluyendo asistencia psicológica, legal y social. Este caso debe servir como precedente en todos los sistemas jurídicos que aún no reconocen esta forma de violencia como delito autónomo.

    Natalia Valentina Morales Munizaga Natalia Valentina Morales Munizaga
    sep, 6 2024
  16. Sumisión química: nueva categoría de violencia estructural. Requiere protocolos de intervención en redes, regulación de algoritmos de recomienda, y formación obligatoria en consentimiento informado. No es un caso aislado. Es un sistema.
    Actuar ya.

    JUAN CARLOS TAMÍ DONOSO JUAN CARLOS TAMÍ DONOSO
    sep, 6 2024
  17. Me quedé callado un rato después de leer esto.
    No por falta de palabras, sino porque no sabía qué decir que no fuera vacío.
    La verdad es que me da miedo.
    No por lo que le hicieron, sino porque me doy cuenta de que esto podría pasarle a cualquiera.
    Y nadie lo vería.
    Nadie lo creería.
    Y nadie haría nada.
    Y eso es lo que me rompe.
    Porque si esto puede pasarle a ella, ¿qué nos impide a nosotros ser parte del silencio?
    Yo no quiero ser parte del silencio.
    Así que voy a hablar.
    Con mis amigos.
    Con mis hijos.
    Con mi comunidad.
    Porque no basta con estar en contra.
    Tenemos que estar activos.
    Y no solo hoy.
    Siempre.
    Gracias, Gisèle.
    Por no callar.
    Por ser fuerte.
    Por no dejarnos ignorar.
    Te estamos viendo.
    Y no vamos a olvidarte.

    Juan Luis Olate Hinrichs Juan Luis Olate Hinrichs
    sep, 6 2024
  18. Gracias por lo que dijiste. Yo también me quedé callado. Hasta que recordé que mi hermana me contó algo parecido, hace años. Y yo no le creí. Pensé que era una exageración. Que estaba confundida. Que no quería aceptar que se había equivocado.
    Hoy sé que me equivoqué.
    Y no lo voy a volver a hacer.
    Si alguien me dice que algo así pasó, voy a creerle.
    Y voy a hacer algo.
    Porque si no, no merecemos ser humanos.

    carmen gloria Honores carmen gloria Honores
    sep, 6 2024
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